miércoles, 19 de septiembre de 2012

Vida Eterna


ALCOR es una fundación localizada en Arizona que tiene el objetivo de extender la vida humana a límites nunca vistos. Por medio de la criogenia pretenden congelar literalmente cuerpos humanos y preservarlos en buenas condiciones para que en el futuro puedan ser reanimados con el uso de tecnologías que aun no poseemos.

Para muchos talvez se trata de un cuento de ciencia ficción, sin embargo hay un desarrollo tecnológico de cuarenta años perfeccionando la preservación de órganos y tejidos humanos. Si nos remitimos a la historia la expectativa de vida desde la antigua roma hasta la actualidad prácticamente se ha duplicado gracias a los avances médicos, imaginemos en lo que podemos lograr de ahora en el futuro.

Si pensamos que en la antigüedad las personas fallecían por afecciones tan sencillas de tratar tan solo con un medicamento que hoy podemos encontrar en una farmacia, imaginemos que en un futuro próximo las personas podrían sonreír al saber que nosotros moríamos simplemente por que no poseíamos la tecnología para vencer el envejecimiento o congelarnos en el tiempo.

Suena muy  interesante el dejarnos seducir por la idea de que podemos extender nuestra expectativa de vida o que inclusive podríamos vivir eternamente. Pero cuáles serian las implicaciones de convertirnos en semidioses. Cómo cambiaría nuestra visión del mundo si el tiempo deja ser un enemigo imbatible.

En lo económico no existirían los suficientes recursos para sostener a una población tan longeva si tomamos en cuenta los niveles actuales de natalidad. Se debería limitar el número de nuevos nacimientos para que no se agoten los recursos para los que ya habitan en el planeta.

En lo político se debería repensar en un sistema de gobierno que satisfaga a una población que no cambia de manera de pensar generacionalmente, y que puede lograr un grado de madurez tal que cambie sus intereses personales por intereses comunes y a muy largo plazo.

Y pensemos como afectaría esto a las religiones, porque en este caso  ya no se necesitaría de un dios que nos espere en el paraíso, ni que decir de la idea de la reencarnación si con la criogenia se “reencarnaría” en el mismo cuerpo. La posibilidad de una vida eterna disuelve por completo la necesidad de una divinidad que nos acompañe en el más allá.

Solo con el tiempo la humanidad será capaz de atestiguar cambios extraordinarios que redefinirán por completo los esquemas económicos, políticos y religiosos actuales. Solo con el tiempo la humanidad podrá mirar hacia atrás y apreciar logros tecnológicos que nos harán trascender como especie. Solo con el tiempo encontraremos las respuestas a muchas preguntas que nos limitan como humanos.

PJ

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