Es sorprendente como
el presidente ecuatoriano cambia tan fácilmente de postura. Solo en el año 2010
a cuatro días de la posesión del presidente electo Juan Manuel Santos, la
fiscalía ecuatoriana solicita su extradición por la muerte de un ecuatoriano en
el bombardeo a un campamento de las FARC ocurrido en el año 2008.
Luego de la posesión de Santos ambos presidentes anuncian el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
En Diciembre de 2012,
todo el cuerpo diplomático y los mismos presidentes de Colombia y Ecuador
estrechan manos y firman acuerdos. No fue el presidente
ecuatoriano quien mostro su reclamo enérgico en contra de Santos, en ese
entonces ministro de defensa de Colombia. Ahora aparentan ser grandes amigos y
no queda ni el recuerdo de dicho incidente. No se trataría solo de otra “maniobra
política” para incrementar la popularidad del régimen.
PJ